14 febrero 2006

Las espirales

Recogió el cabello en una trenza, y comenzó a caminar sobre las rocas. La espuma alcanzaba sus dedos como hormigas tímidas. Había comenzado a anochecer, y las gaviotas hacía ya algunas horas que habían despejado el horizonte. Con gran esfuerzo, introdujo su lista de deseos, cerró la botella y la lanzó lo más lejos que pudo. El cristal emergía tímidamente en el agua, entre inexperto y orgulloso de saberse observado. Por momentos, parecía hundirse entre alguna pequeña ola, para surgir inmediatamente después unos centímetros más lejos. Los últimos rayos del sol transformaban aquel vidrio verde, que se elevaba entre la espuma, luminoso y altivo, para después ceder al cansancio, y sumergirse nuevamente.

Avanzó unos pasos hasta la arena, y se sentó con las piernas encogidas entre sus brazos. Apenas podía distinguir ya el cuello altivo de aquella urna llena de anhelos, y dirigió su mirada al cielo: pequeños puntos de luz aparecían en la cada vez más creciente oscuridad. De pronto, la vió, allí, en un firmamento en calma, quieto, una estrella fugaz surcaba la noche y parecía desaparecer en la distancia, cerró los ojos y sonrió ante su suerte.

Millones de años antes, una estrella vagaba por un mar de espacio y vacíos; de repente, la vió: una niña estática sobre la arena, en aquel planeta en movimiento: la estrella pidió un deseo.

A veces, el tiempo y el espacio se ven superados por los sueños...¨

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Durante meses la botella cruzó el brillante desierto oceánico. Las noches de galerna creía zozobrar. Sentía su cuerpo suave hundirse y el abismo azul engullir los anhelos que el corazón de la niña le había confiado. Entonces, más resuelta aún a cumplir con su misión, se esforzó en asomar su diminuta cabecita de corcho sobre el azul del mar.

Un día al inicio de la primavera la palma blanca de una ola la depositó con delicadeza en la arena de mi playa. La encontré varada como una caracola extraña de la que el mar se hubiera apiadado. Unos dedos salados de espuma la acariciaban todavía, sabedores quizás del tesoro que portaba. La alcé entre mis manos: el sol de la mañana trizó el cristal en mil verdes que iluminaron la penumbra de su clausura cristalina. En su interior había un pliego de papel y una estrella. La letra me hablaba de una niña soñadora que vivía en una isla de palabras iluminadas por los luceros de sus ojos.

A veces durante las noches pienso en el azar de las corrientes inconstantes y el misterio de las olas repetidas que llevaron su frágil botella a mi orilla Me pregunto entonces si una ola mansa empujará la testaruda botella de regreso a su isla. Quizás en otra mañana despertarán mis palabras bajo la caricia de sus manos.

(Por "usuario anónimo", en comentarios)

9 Comments:

At 15 febrero, 2006 11:00, Anonymous Anónimo said...

Durante meses la botella cruzó el brillante desierto oceánico. Las noches de galerna creía zozobrar. Sentía su cuerpo suave hundirse y el abismo azul engullir los anhelos que el corazón de la niña le había confiado. Entonces, más resuelta aún a cumplir con su misión, se esforzó en asomar su diminuta cabecita de corcho sobre el azul del mar.

Un día al inicio de la primavera la palma blanca de una ola la depositó con delicadeza en la arena de mi playa. La encontré varada como una caracola extraña de la que el mar se hubiera apiadado. Unos dedos salados de espuma la acariciaban todavía, sabedores quizás del tesoro que portaba. La alcé entre mis manos: el sol de la mañana trizó el cristal en mil verdes que iluminaron la penumbra de su clausura cristalina. En su interior había un pliego de papel y una estrella. La letra me hablaba de una niña soñadora que vivía en una isla de palabras iluminadas por los luceros de sus ojos.

A veces durante las noches pienso en el azar de las corrientes inconstantes y el misterio de las olas repetidas que llevaron su frágil botella a mi orilla Me pregunto entonces si una ola mansa empujará la testaruda botella de regreso a su isla. Quizás en otra mañana despertarán mis palabras bajo la caricia de sus manos.

 
At 16 febrero, 2006 09:23, Anonymous Anónimo said...

Por si no se me notó ayer, me gustó un montón tu segunda narración. Tiene imágenes preciosas: la botella flotando en el mar bajo la luz dispersa del atardecer, la soledad de la niña interrumpida por la magia de la estrella fugaz al atravesar el cielo, y la simultaneidad del cruce de deseos. La perséida también pide un deseo al contemplar “una niña estática sobre la arena, en aquel planeta en movimiento.” ¡Qué bonito! Me recordó un texto de Cortázar. Me encantó también el comienzo del párrafo (“millones de años antes”). ¿Quién no siente nostalgia al mirar las estrellas en la noche y saber que todo lo que contempla quizás ya no exista? Creo que era Unamuno el que decía que se compadecía hasta de la estrella Sirius. Bueno, por sacarle un defectillo, creo que convendría evitar la repetición “tímidas”/”timidamente” en las primeras frases.

 
At 16 febrero, 2006 17:02, Blogger M.F.S. said...

Sí, tienes razón. La próxima vez debería releer lo que escribo más de una vez antes de enviarlo. Pero es que si lo hago corro el riesgo de entrar en un bucle de corrección... :S
Gracias... :)

 
At 16 febrero, 2006 17:03, Blogger M.F.S. said...

Estoy pensando en hacerte usuario con derecho a postear en el blog... Podrías escribir las continuaciones en el propio blog, en lugar de como comentario... piénsalo. :) (Habrías de registrarte, claro.. jeje.. y dejarías de ser anónimo)

 
At 16 febrero, 2006 17:38, Anonymous Anónimo said...

¿Me estás tirando los tejos? ;-) Respecto a la correción no te culpes que la culpa es mía por meterte prisa para publicar (ya ves, tengo corazón de editor tirano). Es que la expectación estaba creciendo a niveles insoportables. También podía haberme callado la sugerencia, pero es que se me da mal y siempre duele ver una palabra fuera de sitio en un texto tan bonito. Es como ver una motita de polvo sobre el gran Mogol. Bueno, cuando puedas explícame eso de escribir cuentos a cuatro manos que me ha sonado muy creativo.

 
At 16 febrero, 2006 18:22, Blogger M.F.S. said...

Sólo necesito una dirección de correo electrónico para invitarte como miembro, al menos eso pone en el apartado de configuración.

Es una cuestión de ansiedad literaria, estoy expectante siempre acerca de qué escribirás a continuación. :)

La escritura es real, el resto siempre es espejismo.

 
At 17 febrero, 2006 11:01, Anonymous Anónimo said...

Después de sufrirla en carne propia debo de ser comprensivo con la ansiedad literaria. Está feo hacer esperar a la dueña del blog. Sin embargo, confieso que me ha sobrecogido un poco el hecho de ver mis comentarios junto a tus textos. No sé si unos modestos hermanos bastardos merecen sentarse a su lado.

 
At 17 febrero, 2006 11:04, Anonymous Anónimo said...

pese a todo me ha parecido un gesto precioso. Gracias

 
At 28 mayo, 2006 23:50, Anonymous Anónimo said...

Very pretty site! Keep working. thnx!
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